La opión de elegir una copa para disfrutar de un buen vino no responde a un capricho, ni a una conducta. El vino por linaje, por historia, y como dirían los franceses, merece ser bebido en copa. También es cierto que un buen vino es una pena consumirlo en un vaso. En una copa, se puede apreciar mejor toda la plenitud que el caldo nos brinda.
Por lo general, debemos escoger una copa que permita apreciar abiertamente el color, el olor y el sabor. El tamaño de la copa debe ser generoso, y su boca con suficiente espacio para que el vino se pueda airear. Se aconsejan que sean lisas e incoloras, ya que de lo contrario nos impediría disfrutar de sus distintas tonalidades, y su grosor es mejor que sea reducido, de esta forma la personalidad del vino quedará resaltada.
Si lo cuida y lo mima correctamente, simpre tendrá un vino excelente para servir en su mesa. Aquí tiene unos consejos básicos para preservar la calidad del vino durante largo tiempo:
El vino es un buen acompañamiento para casi cualquier tipo de comida y en cualquier lugar en el que nos encontremos, bien sea un restaurante o un hotel de lujo. Para complementar cualquier plato con un buen vino, sigue estos consejos:
Sopas y consomes:
Con los consomés, sirva un tinto ligero y fresco y con las sopas más fuertes escoja un tinto con más cuerpo y a 16º.
Verduras:
Acertará siempre con un tinto ligero y fresco, entre 7 y 10º.
Mariscos y pescados:
Lo que mejor les va es un blanco, seco y ligero, que haya enfriado lentamente en la nevera. Si el pescado es graso, pruebe con un tinto ligero o de medio cuerpo.
Aves:
Si las prepara asadas, combínelas con un rosado fresco; pero, si las cocina con salsa, le irá mejor un blanco, por ejemplo un Rueda.
Carnes:
Rosados, claretes y tintos son la mejor elección. Para la caza, elija un tinto con mucho cuerpo y sírvalo a unos 18º.
Postres:
Con un vino dulce u oloroso, como el Jerez, acertará siempre. Recuerde que los vinos dulces no hay que enfriarlos nunca.